Eran cuatro casos y 96 cargos en total. Pero a medida que se acerca el 20 de enero, día en el que Donald Trump asumirá por segunda vez el cargo de presidente de Estados Unidos, los procesos judiciales que flotaban sobre el republicano y avanzaban a paso de tortuga se han ido aplazando indefinidamente o retirando por completo. La gran pregunta que nunca se saldaba a medida que las acusaciones seguían su camino era qué pasaría al respecto si Trump ganaba las elecciones y volvía a ser presidente. Si lo sentenciaban antes, ¿podría ser presidente cumpliendo una condena? Si el juicio continuaba mientras él ya estaba en el poder, ¿cómo se lleva un juicio a un presidente en activo? Pues todavía no ha vuelto a la Casa Blanca y la respuesta empieza a quedar cada vez más clara: todos los casos del presidente caen.