Deseo, al empezar estas palabras, expresar mi gratitud al Consejo General Universitario, y al rector, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, por otorgarme el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara, honor singular que recibo con orgullo y alegría. Y no quiero pasar adelante sin recordar, con emoción, al amigo de tantos años, Raúl Padilla López, forjador de la grandeza de esta causa de estudios, quien, estoy seguro, nos acompaña en este acto, y acompaña mis palabras.