
La mañana de este martes, Luis Rubiales se ha sentado, con las piernas muy abiertas, frente al juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto en la Audiencia Nacional. Le tocaba declarar en su juicio y lo ha hecho durante poco más de una hora. En sus respuestas a Fiscalía, abogadas y abogados, y también al magistrado, ha estado, algo rebajado, el mismo Rubiales que gritó cinco veces “¡no voy a dimitir!” en la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol un día antes de que la FIFA lo inhabilitara, y el mismo que llamó “idiotas”, “pringaos” y “tontos del culo” a quienes le criticaron el beso no consentido a Jennifer Hermoso que para él no fue más que “un signo de cariño”.