Tras la caída de los dictadores Zine El Abidine Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, la Primavera Árabe floreció en Siria en marzo de 2011 con un grafiti anónimo en la ciudad sureña de Deraa: “Te llegó el turno, doctor”, en alusión al presidente, Bachar el Asad, licenciado en Medicina. Trece años de sangrienta guerra civil más tarde y en apenas 11 días de ofensiva relámpago, las tropas rebeldes han tomado este domingo Damasco, la capital del país y centro de la cúpula de poder, sin encontrar resistencia. El Asad ha escapado en avión con destino desconocido, según dos fuentes militares citadas por la agencia Reuters. El régimen sirio se ha desmoronado como un frágil castillo de naipes y miles de personas se concentran a pie y en coche en la plaza principal de la ciudad para celebrarlo, entonando cánticos gobernados por la palabra “Libertad”.