
La secretaria de Cultura, Claudia Curiel, ha dedicado los primeros días de enero a establecer un “diálogo abierto” con las comunidades artísticas para intentar cerrar las heridas generadas durante el sexenio pasado por los recortes presupuestarios y la tensa relación entre el Ejecutivo y el sector artístico. Curiel, una gestora de confianza de la presidenta Claudia Sheinbaum, intenta con esos encuentros apagar el fuego al recoger “las inquietudes” de los artistas de México, pero recibe una cartera con un presupuesto ajustado y sin un plan concreto para impulsar al sector.