La recaudación por impuestos va de camino a pulverizar todos los récords. Si en los dos años anteriores a la pandemia solo superaba por poco los 200.000 millones de euros anuales—una cota histórica que solo se había logrado antes del estallido de la burbuja inmobiliaria—, después del tsunami sanitario esa marca se ha quedado muy corta. Tan solo entre enero y noviembre, los grandes tributos estatales han brindado 273.993 millones de euros, un 38% más comparado con el mismo periodo de 2019. El IRPF es impuesto más potente del sistema e impulsor del crecimiento en términos de volumen: aportó 121.069 millones en lo que va de año, un 7,5% más que en el mismo periodo del pasado ejercicio. “A falta de un mes para finalizar el año, los ingresos aumentan un 8,3% (…). Los ingresos en términos homogéneos hasta noviembre [en el que se ingresaron más de 19.000 millones de euros] crecen un 7,9%, dos décimas más que el incremento acumulado hasta el mes pasado”, señala la Agencia Tributaria en su último informe de recaudación.