
“Un episodio dantesco, un infierno real de destrucción, muerte y finalmente oscuridad”. La jueza de Catarroja (Valencia) que dirige la investigación de la riada que asoló la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre recurre en su último auto a un tono dramático para justificar la necesidad de las familias de los 227 fallecidos de recibir ayuda psicológica.