La 8ª partida del Mundial de Singapur da para escribir un libro porque enfrentó a dos genios que entienden el ajedrez de manera distinta: el campeón, Liren Ding, comprende la estrategia con profundidad sideral; el aspirante, Dommaraju Gukesh, calcula como si fuera un chip. El chino, inseguro, erró justo cuando empezaba a tener ventaja. El indio, inmaduro a sus 18 años, se obcecó en jugar rápido cuando la calma le hubiera llevado a la victoria. Las tablas se firmaron tras cuatro horas y media de combate sin piedad. La 9ª de las 14 previstas se disputa este jueves con el marcador igualado (4-4).