
Va caminando María Dueñas entre los garajes de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y recuerda su primer viaje a México. No era todavía una escritora superventas, sino profesora asistente de español en la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. No había podido regresar a España para pasar la Navidad y con un grupo de amigos decidió lanzarse a una viaje en carretera. Entraron al México de los 80 por Nuevo Laredo, cruzaron con mapa y tiempo por Guanajuato, Querétaro, Ciudad de México, llegaron a Acapulco. La perla del Pacífico ya no era la guarida de los chicos de Hollywood que fue durante su esplendor pero tampoco era la urbe azotada por la violencia y los huracanes que es ahora. Aunque reconoce que el país ha cambiado —Dueñas ha visitado México más de una docena de veces—, describe lo de entonces con la viveza de lo de ahora: “Este colorido, la comida, la multitud… México es un país donde todo es grandioso, luego vuelves a España y todo es chiquito, concentradito. Este es un país imponente”.