Nada que ver con los malos viejos tiempos, los de la crisis energética, cuando el gas natural llegó a superar los 300 euros por megavatio hora (MWh) en Europa. El mercado gasista, sin embargo, empieza a arrojar señales preocupantes tanto para el precio de la luz como para la industria: tras varias semanas al alza, la referencia continental flirtea de nuevo con los 50 euros, su nivel más alto en más de un año y el doble que en los primeros compases de 2024. Una subida que ha arrastrado consigo a la electricidad —el mercado eléctrico español ronda ya los 140 euros por MWh, máximos desde principios de 2023— y que agrava los problemas de competitividad de una industria, la europea, tristemente acostumbrada a pagar facturas estructuralmente más altas que sus pares estadounidenses.