
El espejismo de la capital mexicana como un lugar más seguro, alejado de las grandes masacres que asolan a varios puntos del país, se ha terminado. El asesinato, la mañana de este martes, de Ximena Guzmán y José Muñoz, integrantes de la primera línea de trabajo de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, ha conmocionado y aterrorizado a una población anestesiada por la violencia de todos los días. Poco después de las 7.00 horas, algunos comerciantes y vecinos de la colonia Moderna presenciaron cómo un sujeto disparó al parabrisas del coche en el que viajaban ambos funcionarios para después huir en una motocicleta, que presuntamente fue abandonada a unas calles de distancia.