
Llegan las fiestas de Navidad y de fin de año y, con ellas, el desfile de incautaciones de licor adulterado en todos los rincones de Colombia. En Bogotá apenas empezaba noviembre y la Policía ya había retenido 1.445 botellas que iban a venderse en el sur de la ciudad. Un par de semanas después, las autoridades encontraron 540 botellas con alcohol ilegal y 500 listas para llenar en una casa en Barranquilla. La noticia se irá repitiendo a medida que las autoridades refuerzan los operativos. No es cosa menor: en los últimos cinco años, las autoridades se han incautado de más de 560.000 botellas de licor adulterado. La bebida más confiscada es el ñeque, más conocido como chirrinchi, un alcohol artesanal típico del Caribe colombiano (194.368 botellas). Le siguen en la tabla, el aguardiente (162.871) y el ron (44.237), según datos oficiales de la Policía, que van del 1 de enero de 2019 hasta el 22 de noviembre de 2024.