Recorrían más de 2.000 kilómetros desde la localidad al sur de Roma en la que vivían hasta el norte de Portugal, donde asaltaban joyerías. De camino, utilizaban la provincia gallega de Pontevedra como lugar de avituallamiento de armas y vehículos y como refugio tras cometer los atracos. La Guardia Civil, en colaboración con la Guardia Nacional Republicana portuguesa y el Núcleo de Investigación Criminal de Braga, ha detenido en las últimas semanas a los cinco presuntos integrantes de este grupo violento al que se le atribuyen 23 atracos de joyerías en Portugal en los últimos 15 años. También han sido arrestados los cuatro españoles que formaban la célula que les facilitaba desde pisos donde refugiarse a herramientas, armas y vehículos de alta cilindrada para huir. Los nueve, todos ellos con edades comprendidas entre 30 y 60 años, han ingresado en prisión.