El nombre de AstraZeneca quedará ligado, en la cabeza de la mayoría de ciudadanos, a la pandemia de la covid 19. Una de las vacunas que sirvieron para frenar la propagación del virus fue suya, con el nombre de Vaxzevria: fue la tercera que llegó a España, en febrero de 2021. Pero la actividad de esta multinacional farmacéutica, un gigante con sede en Cambridge (Reino Unido) que tiene un valor en Bolsa de 195.000 millones de euros, va mucho más allá, y de hecho su actividad apenas tiene que ver ya con la covid: en mayo dejó de comercializar su vacuna en todo el mundo a causa de la baja demanda. El presente y el futuro de esta farmacéutica pasa ahora por la búsqueda de nuevos tratamientos en las áreas terapéuticas en las que se ha especializado: enfermedades cardiovasculares y metabólicas, oncología, aparato respiratorio, inflamación y autoinmunidad, infección y vacunas, y neurociencia. Y uno de los polos donde se está desarrollando más esta innovación es España, concretamente en Barcelona, donde AstraZeneca inaugurará el año que viene un edificio en el que ubicará su centro de investigación, para el que se ha comprometido una inversión de 1.300 millones de euros y la generación de 2.000 puestos de trabajo.