Su madre lo notó en julio. Percibió un pequeño bulto en el abdomen de su hija Luz (nombre ficticio) que la preocupó. Fueron a urgencias y recibieron una noticia que doña Flor ni siquiera había sospechado: su hija de apenas 14 años estaba embarazada de cuatro meses. Dada la condición de discapacidad cognitiva severa de Luz, que no le permite hablar ni moverse por sí misma, el único escenario posible era la violación. Tras denunciarlo, no solo no encontraron justicia, sino que la menor fue institucionalizada y alejada de su madre. El Estado de República Dominicana la acusa de negligencia, ya que considera que la adolescente “fue abusada sexualmente estando bajo responsabilidad de la madre”. Luz también fue obligada a dar a luz a pesar de que los doctores auguraban un embarazo de alto riesgo y actualmente está hospitalizada tras sufrir una preclampsia que la tuvo incluso en cuidados intensivos. El violador sigue libre.